¡Hola a tod@s! ¡Bienvenid@s de nuevo a mi blog! Hoy les escribo sobre la alimentación, cómo era antes y cómo es ahora?
A todos nos gustaría tener una vida larga y llegar a la vejez sin preocuparnos por patologías o pastillas, así que intentamos conseguir una dieta equilibrada y sana. Hoy en día hay una gran variedad de alimentos y muchos de buena calidad gracias a la seguridad alimentaria y a las legislaciones. Por lo contrario, sus características han cambiado, se nota una gran diferencia en su sabor y aroma. Se ofrece muchos productos procesados llenos de químicos, aditivos, conservantes, medicamentos y hormonas de crecimiento.
Es cierto que nunca antes hemos tenido tantas posibilidades de comer bien, tantos productos accesible y tantas medidas de protección como ahora, sin embargo el número de las personas que padecen de alergías alimentarias, de intolerancias o de problemas como la obesidad o la auntoimunidad aumenta día a día. Nuestros abuelos todavía no conocían estas enfermedades. Puede ser que nuestros antepasados llevaban una vida más sana que nosotros?
¿Cómo era la dieta de nuestros abuelos y bisabuelos?
Primero todos los alimentos eran orgánicos, sin ningún tipo de modificación genética o pesticida como ahora. Comían solo los productos que eran capaces de cultivar y lo que era de temporada, es decir en la época de uva se consumía uva, esto implicaba una dieta equilibrada y sostenible. La comida siempre era fresca y casera, no había sabores artificiales. En aquell entonces no existían medios de concervación tan seguros como los de la actualidad, no había frigorífico ni congelador. Antes conservaban de forma natural con sal, humo, secado o solamente llevaban la comida a un lugar más fresco, en invierno cuando hacía frío incluso la dejaban fuera en el patio o en un foso especial calvado para este fin. Su dieta basaba en los huevos, legumbres, frutas y verduras, por eso no necesitaban tomar medicamentos o vitaminas en forma de comprimidos. Iban al médico con poca frecuencia, solo en caso de alguna dolencia grave o cuando tenían fiebre alto. Mayormente se curaban con tratamientos caseros, por ejemplo con hierbas naturales. Sabían valorar la comida. Estaban orgullosos de poder comer sus propias cosechas, por los que habían trabajado durante meses. Comer juntos era una costumbre que unía la familia.
Antes comían para vivir mientras ahora viven para comer. Ponemos más énfasis en la pinta de la comida que en su sabor o contenido nutritivo. Además debido al crecimiento de la población actualmente hay más demanda que en el tiempo de nuestro abuelos o bisabuelos y en consecuencia muchos productos han sacrificiado su carácter original para poder estar disponibles en esa enorme cantidad que necesita nuestra sociedad.
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