Son una secta de
monjes hinduistas que adoran a Shiva, al dios de la muerte y la destrucción.
Esto no es un orden bien organizado. La mayoría de las veces viven aislados y
no confían fácilmente en los desconocidos. Rechazan dejar cualquier huella
física en el mundo por eso no mantienen contacto con miembros de su familia y
tampoco tienen animales domésticos.
Como provienen de castas más bajas, buscan liberarse del ciclo de reencarnación.
Creen que son parte de Shiva y quieren trascender desde su cuerpo material a
una encarnación del mismo dios. También piensan que todo el universo es parte
de una misma cosa. Lo puro y lo impuro; lo bueno y lo malo son todas manifestaciones
de dios y de su orden. Asumen los tabúes obvios y los rompen. Rechazan los conceptos
normales de bueno y malo. Su desarrollo espiritual conlleva prácticas locas y
peligrosas como comer carne humana o comer sus propios excrementos... Según
ellos al hacer cosas que otros evitan, alcanzan un mayor estado de conciencia.
Son personas muy simples que conviven con la naturaleza, no pidiendo nada. Ven
todo como una manifestación de un ser supremo. No rechazan y odian a nadie ni a
nada. Por eso no distinguen la carne humana y la carne de un animal
sacrificado. Comen lo que hay: comida podrida y los que acabo de mencionar.
Creen que el consumo de carne humana tiene efectos mediciales, evitando el
envejecimiento.
Viven cerca de cementerios o campos de cremación donde recolectan la ceniza de
los muertos para embadurnársela el cuerpo. La carne humana que consumen y los huesos
humanos con los que se adornan son recogidos del Ganges, el río sagrado del
hinduismo. En la India muchos cadáveres son cremados y tirados al Ganges. Sin
embargo, en el hinduismos se considera que los cadáveres de niños, hombres
santos, mujeres embarazadas, mujeres no casadas, y aquellos que han muerto a
causa de lepra, suicidio o mordeduras de serpientes no deben ser cremados.
Estos cuerpos son pescados y después de realizar un ritual apropiado comidos
por los Aghori.
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