El mundo de Star Wars tiene un
rol muy importante en mi vida. Es otra forma de pensar, rompe los límites, no
lo determinan los planetas ni los diferentes especies. Solo nuestra imaginación
puede contenernos. Me encanta que aquí exista el bueno y el malo y que están
separados como en los cuentos. Y claro, siempre gana la luz, la bondad.
La pieza nueva de este mundo es
la serie que se titula The Mandalorian. Esto es la primera serie con actores
vivos de Star Wars. En tiempo, la historia tiene lugar después de las nueve
películas básicas. El protagonista es un asesino asalariado, que se llama
Mando, es un mandalorian. Esto significa que pertenece a un grupo religioso. Ellos
nunca quitan sus cascos, y siempre reciben mandatos que deben cumplir. Durante
uno de estos mandatos se encuentra con “el niño” como la mayoría le conoce, con
“baby Yoda” pero él no es Yoda porque en estos tiempos Yoda ya tiene cientos de
años. En la segunda temporada nos enteramos cómo se llama realmente nuestro
amigo pequeño.
Desde que se encuentran estos
dos-el homre fuerte que aparentemente no tiene sentimientos y el niño mono y vulnerable-
serán inseparables. Para Mando su tarea principal será proteger al niño, cueste
lo que cueste. Tendrán muchas aventuras juntos, luchas, misterios, problemas
para resolver y acciones inesperables. Pero siempre tendrán allí unos amigos
quienes les ayudarán.
Me emocionó mucho también la
relación entre los dos protagonistas y que cómo transforma la personalidad de
Mando durante la historia.
Mando es personificado por el
actor Pedro Pascal. Él Nació en Chile, pero vive en los Estados Unidos desde su
infancia. Para mí él es muy simpático, divertido y guapo. Se puede verlo en la
película Kingsman o en la serie Narcos.
Le recomendo la serie a todo el mundo, especialmente a los que también están enamorados del mundo de Star Wars, pero los que no, también pueden divertirse mucho. Y nunca se sabe, quizás el mundo tenga más fanáticos de Star Wars en el futuro.
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